domingo, 9 de mayo de 2010
¿Y dónde están Aristóteles y el PRI estatal?
Para el politólogo y maestro de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Gabriel Torres Espinoza, resulta increíble que en un tema tan relevante en donde está debate el legítimo derecho de los ciudadanos a pronunciarse en torno a una importante obra pública, como es someterla a plebiscito “tanto el PRI Estatal como el Presidente Municipal de Guadalajara mantengan un silencio cómplice frente a un bloqueo sistemático contra la participación de los ciudadanos por parte de la alta burocracia panista”.
“Cuando algunos ya festejaban en suntuosos informes que el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado de Jalisco (TEPJEJ) habría sepultado la solicitud de plebiscito sobre las obras del Macrobús, la última instancia federal jurisdiccional, que está fuera de la complicidad de quienes se pretenden beneficiar con el negocio azul de autobuses, resolvió que “el Tribunal Local indebidamente determinó improcedente la queja por no cumplir con el requisito de impugnar un acto de gobierno, porque al mismo tiempo admitió que esa era la materia de la queja”, cuestiona con severidad Torres Espinoza en entrevista con Conciencia Pública.
Contra todos los argumentos de los tres consejeros abiertamente panistas que obstaculizaron el plebiscito y de los magistrados locales que emitieron una resolución infundada sobre la queja presentada, la máxima instancia jurisdiccional federal se ha hecho valer para protección de los derechos políticos de los más de 40 mil ciudadanos que firmaron la solicitud de consulta pública.
“No debe dejarse de observar que en todo este proceso, sólo el regidor tapatío Eduardo Almaguer ha librado la batalla legal por la defensa de esta solicitud que ha llegado mucho más lejos de lo que habrían pensado algunos optimistas de la complicidad política local, incluyendo los alcaldes de su propio partido y su Comité Estatal”, afirma el entrevistado.
El periodista, funcionario universitario y profesor investigador de la UdeG, hizo una invitación a que se recordara que uno de los grandes temas que beneficiaron electoralmente al PRI fue la propuesta de Tren Ligero en contraposición al repudiado Macrobús panista. “Vamos, hasta los autobuses son azules por si algún intere$ado priísta tiene dudas de su remitente”, subraya.
Aun así, para Gabriel Torres este partido que evidencia una absoluta falta de liderazgo en su Comité Estatal ha dejado de cumplir su compromiso con el electorado y ha abandonado a su suerte al regidor Eduardo Almaguer que, sin embargo, ha sabido defender con argumentos legales lo que a todas luces es políticamente correcto: que se consulte a la ciudadanía sobre si quiere o no que las obras del Macrobús se hagan en Guadalajara.
“Ni qué decir de Jorge Aristóteles que prefirió el cómodo sitio de espectador en un asunto que, de encabezarlo del lado de los ciudadanos como se comprometió, le habría redituado enormes dividendos políticos frente a sus futuros potenciales votantes. Estar de lado de los ciudadanos fue un compromiso público de Aristóteles durante la campaña”, expone.
El promover la participación democrática de la ciudadanía debiera ser un compromiso de las élites empresariales que guardan silencio cómplice como la Coparmex de Pablo Lemus, indica Torres Espinoza. Además está consciente que el alentar la participación ciudadana es una facultad y a la vez obligación del Instituto Electoral que en dos ocasiones ha reiterado su negativa a cumplir con su encomienda.
De igual forma, Torres Espinoza asegura que se debe de otorgar certeza jurídica a los derechos políticos de la ciudadanía para expresarse democráticamente mediante un instrumento de democracia directa es responsabilidad del TEPJEJ que hoy recibió las orejas de burro de la instancia federal jurisdiccional.
“Lamentablemente, la complicidad con los negocios del gobierno y los autobuses azules del Macrobús han sido mayores y son suficientes para bloquear un legítimo derecho de los ciudadanos, hoy impedido por la rampante complicidad de los principales actores que debieran alentar la participación ciudadana. Muy a pesar de todos estos intereses que lo obstaculizan, con el fallo federal del Tribunal Electoral, el plebiscito está más vivo que nunca”, concluye.
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